top of page

Microplásticos y salud digestiva: el papel de los probióticos en tu microbiota

La presencia de microplásticos en nuestro cuerpo se ha convertido en una preocupación creciente. Estudios recientes han detectado estas diminutas partículas no solo en el tracto gastrointestinal, sino también en órganos como el cerebro, pulmones e incluso en la sangre.

Ante este escenario, surge una pregunta clave: ¿pueden los probióticos, esos aliados naturales del microbiota intestinal, ayudarnos a reducir los efectos negativos de los plásticos en nuestro organismo?


ree

Microplásticos y salud intestinal.

Los microplásticos provienen principalmente de envases, botellas, utensilios desechables y alimentos procesados. Una vez ingeridos, pueden atravesar la mucosa intestinal y

desencadenar procesos inflamatorios.

Investigaciones como las de la Universidad de Tufts han demostrado que ciertas partículas de poliestireno estimulan la liberación de citocinas, proteínas relacionadas con enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.


Otros estudios han identificado que los microplásticos alteran la diversidad bacteriana, reduciendo la presencia de bacterias beneficiosas y favoreciendo la disbiosis intestinal. Esta

condición puede abrir la puerta a trastornos más graves como diabetes, cáncer colorrectal o

enfermedades autoinmunes.


Probióticos: una posible defensa


Los probióticos son microorganismos vivos presentes en alimentos fermentados como yogur,

kéfir, kimchi o chucrut. Su consumo regular se asocia con beneficios digestivos, inmunológicos

y antiinflamatorios.


Aunque no pueden eliminar los microplásticos de nuestro organismo, investigaciones recientes sugieren que los probióticos podrían reducir parte de la inflamación que provocan. Algunos estudios han mostrado que cepas como Lactobacillus plantarum son capaces de unirse y degradar compuestos químicos tóxicos presentes en los plásticos, como el bisfenol A (BPA) y los ftalatos.


Además, investigaciones en animales han observado que los probióticos ayudan a mejorar la

respuesta inmune y a restaurar el equilibrio de la microbiota tras la exposición a contaminantes ambientales.


¿Qué dice la ciencia hasta ahora?


Aunque los resultados son prometedores, los expertos subrayan que aún falta evidencia sólida en humanos. Los probióticos no deben considerarse una solución definitiva ni una excusa para exponernos sin cuidado al consumo de micro plásticos. Sin embargo, sí representan una strategia complementaria para mejorar la salud intestinal y mitigar parte de la inflamación asociada a estas partículas.


Consejos prácticos para cuidar tu microbiota y reducir la exposición a microplásticos


  1. Incluye alimentos fermentados en tu dieta: yogur natural, kéfir, chucrut o kombucha pueden aportar bacterias beneficiosas.

  2. Reduce el uso de plásticos en contacto con alimentos: evita recalentar comida en recipientes de plástico y opta por vidrio o acero inoxidable.

  3. Prioriza alimentos frescos y no ultra procesados: los procesados suelen contener más residuos plásticos por empaques y aditivos.

  4. Mantén una dieta rica en fibra: frutas, verduras y legumbres favorecen la diversidad de la microbiota intestinal.

  5. Consulta a un especialista antes de iniciar suplementación con probióticos, especialmente si padeces alguna condición digestiva crónica.


En conclusión, los probióticos podrían ser una herramienta útil para contrarrestar parte del daño intestinal causado por los microplásticos, pero no son una cura mágica. Lo más recomendable es combinarlos con hábitos saludables y reducir la exposición al plástico en la vida diaria.

Comentarios


bottom of page